jueves, 19 de mayo de 2011

Poemítico sin nombre sobre una mujer.

La intuyo
mujer suelta
en mundo prisionero.

Y no quiero nombrarla
porque el nombre es una señal de propiedad
que sobre los hijos
inventan sus padres.

(El nombre de las personas
es marca de hierro candente
que sobre vacas y caballos
imprimen sus dueños)

Ella no es como todas y todos.
Ella es novilla sin amos, yegua de ninguno.

(La comparación no es degradante,
porque ya se sabe que los animales son superiores,
nunca arrojaron la bomba atómica sobre Hiroshima)

Se trata simplemente
de una mujer libre en un mundo cautivo
y yo quiero encadenar esa mujer
a este poema, para liberar el mundo.

Nadie le ponga un nombre. Que los nombres quedan prohibidos.
Porque el destino de esa mujer, quiero que ande suelto, aunque se llame Cristina.

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